domingo, 18 de diciembre de 2016

Cristina Losada

La izquierda no es Fichte o Kierkegaard o Locke, ni siquiera Platón. La izquierda es Marx y su maestro de ceremonias Lenin.
Luego están Engels o Gramsci o la Kolontai y tantos y tantos oficinistas del  racionamiento inevitable incomprensiblemente justificados por una plétora de buenas intenciones. Meros burócratas circunstanciales cuyos nombres sólo se manejan en cenáculos marxistas, quizá por dar alegría a la doctrina y no aplanarse ante la tristeza y horror de sus resultados. Algo nuevo  en apariencia es ornato que contrarresta el grisor de la barbarie socialista.
¿Qué quiere la izquierda? La sociedad sin clases. La supresión de las diferencias sociales sin importar el estado de necesidad en que el residuo remanente constituya esa amalgama final. No importa la proliferación de la miseria si, al final, todos son míseros. Es la prevalencia de la revancha  frente a la excelencia. Con tal de que desaparezcan los Ferrari no importa que la inmensa mayoría haya de vivir a base de tofú, leche de soja y se desplace en bicicleta bajo el frio del invierno o en la asfixiante canícula ecuatorial.
Nada importa la experiencia de siglos que nos remite a comisarios políticos de rigurosa ortodoxia que, bajo cuerda, devienen caprichosos sátrapas o pervertidos pederastas. No es obstáculo la represión de toda manifestación intelectual o artística que se desvíe de la línea oficial de los prebostes del  Partido. El único enemigo es el capital y la libertad de mercado, la herramienta: la planificación.
¿En qué se parece la izquierda al Islam? Comparte alguno de sus objetivos: la destrucción de Saitan, la abolición de la libertad de elección, la sumisión a un estado teocrático previo al advenimiento de dar al islam, cuando toda la tierra sea territorio del  Islam y ser creyente sea la única forma de ser, porque los infieles no serán. Quienes no crean en la senda luminosa pueden ser exterminados en nombre de la causa. O conversos o suprimidos.
La izquierda piensa que en esta especie de joint venture con el Islam, podrán deshacerse de los aspectos molestos de estos muchachos neolíticos y girar hacia la dirección deseada una vez derrotado el mal capitalista. Mientras tanto es menester caminar juntos por el camino del Bien, que, como todo el mundo sabe, pasa por minar los fundamentos de este régimen corrupto que nos circunda.
La señora Losada, de la que tanto aprendí cuando escribía en LD fue, para mí, un referente en la percepción de la dimensión real de la izquierda. Me sorprende que, en épocas tan recientes como 2001, todavía estuviese  abducida por los cantos de sirena del Bien y la Virtud que la izquierda dice representar.  Y esto no dice nada en contra de Dª Cristina, cuya inteligencia y rigor admiro, sino en favor de la esencia estupefaciente del marxismo.
¿Cómo un armazón de ideas que ha servido como subterfugio a asesinos múltiples como el Ernesto Guevara, Fidel Castro o Robert Mugabe,  o a genocidas como Mao, Pol Pot o Kim Jong Il o su hijo puede fascinar a tantas personas decentes y honradas?
Pues lo hace. Recursivamente aparecen movimientos que, tímidamente al principio por la vergüenza de verse identificados con los comunistas (pasó con Fidel, con Chávez y está pasando con Podemos) y más firmemente a medida que pasa el tiempo, vuelven a defender y ofrecer las recetas que produjeron más de 100 millones de muertos. Y además, paradójicamente, transmiten esta militancia como la máxima expresión de un imperativo ético como contraposición a la degeneración burguesa que aqueja a esta sociedad corrupta.
Y la gente les cree. Y yo les creí. Y Dª Cristina les creyó hasta el año 2001.

Si esto ha pasado corremos el riesgo de convertirnos en una indistinta sopa primordial de socialdemocracia e islam. Delenda est Occidente que, si no dijo Gluksmann, debió decirlo.

martes, 29 de noviembre de 2016

¡Viva el comunismo! (mientras se quede en Cuba)

Toda declaración pública, crítica de costumbres, propuesta organizativa o social o comentario sobre la realidad está hecha desde un proyecto político y social.
Quien percibe una sociedad injusta e imperfecta que aguarda anhelante una solución que acabe con los problemas tiene un breviario de medidas en su cabeza que, según su convicción, arreglaría los defectos existentes transformando el estado actual de las cosas.
Yo tengo una opinión sobre qué medidas podrían adoptarse para que las cosas fueran mejores:
supresión de las subvenciones, reducción drástica de la Administración, unificación de las leyes en todo el territorio nacional (o mejor en toda Europa), Poder Judicial independiente y con presupuesto propio, cheque escolar y sanitario, capitalización de pensiones, abolición de los impuestos directos….
Vd. seguramente tiene en mente algunas medidas, similares o diferentes, para mejorar la sociedad. Los comunistas también las tienen.
Seguramente Vd. no piensa disponer de un manual de propuestas y soluciones que cubran todo el espectro social y la compleja multiplicidad de las interrelaciones entre las personas.
Seguramente Vd. no cree que los que tienen una visión alternativa del transporte privado o de las energías renovables o de la concentración parcelaria o del impuesto de sucesiones son enemigos de la humanidad cuya única motivación es hacer el mal a los hombres justos y perpetuar un sistema de horror y crimen.
Los comunistas si lo creen.
Los comunistas creen que la recalcitrante resistencia de los no-comunistas a admitir sus medidas (porque la experiencia comunista siempre han terminado en represión, corrupción, escasez y muerte o exilio) es un rasgo de idiocia o senectud que precisa de reeducación o que tan sólo debe ser descartado como error de juicio propio de un débil mental.
Otegi lo cree. Los que lamentan la muerte del tirano Fidel y celebran la persistencia del régimen totalitario cubano lo creen. Nada importan los miles de presos políticos, las decenas de miles de disidentes reprimidos ni los cientos de miles de disidentes enmudecidos “a fortiori” o los dos millones y medio de exiliados.
Para los progres estos datos son marginales. Son pequeñas imperfecciones de un régimen, en sí mismo, perfecto y envidiable. Por supuesto no les gustaría que, en Occidente donde viven, el Partido les quitara su casa, su Fondo de Pensiones o el coche. Pero en Cuba sí. En Cuba son morenitos y graciosos y además a las cubanas les gusta la jarana, todo el mundo lo sabe. Cuando les dices que las jineteras ejercen la prostitución famélica te miran con esa estúpida deferencia izquierdista y, condescendientes, te explican que “no es eso, es que las caribeñas son muy calientes”. 
O ponderan que Cuba tiene la mejor sanidad del mundo (¡) ( aunque no tienen instrumental ni medicinas y sus profesionales no son muchas veces aceptados en hospitales europeos por su formación obsoleta). 
O elogian la alfabetización de Cuba, porque los cubanitos saben leer los panfletos comunistas desde pequeños (ya leían igual de bien con Somoza y su nivel de alfabetización era, entonces, superior al de España. Ahora es menor). 
Si dices que Cuba se ha empobrecido aunque los Castro sean una de las familias más ricas de Centro América es que sólo piensas en el dinero. No piensan en el dinero los que pueden consumir en dólares viviendo en casas de lujo expropiadas por el Gobierno comunista a sus legítimos propietarios. Esos no.
Cuando Fernando Trueba, gargantuesco devorador de subvenciones cinematográficas que salen de los impuestos que pagamos los españoles, dice que nunca se ha sentido español (le faltó decir lo de la "puta España" del tristemente fallecido Pepe Rubianes) no es un ejercicio de odio. Quien dice esto no está, según Trueba, insultando a España y a los españoles.
Pero cuando los españoles, a raiz de las declaraciones del sr. Trueba, se niegan a refrendar una película suya (que la estrene y la financie en Cuba, por ejemplo) entonces si. Los que invitan a no ir al estreno de su película están esparciendo odio.
Y el Gobierno manda a Campechano I a legitimar las exequias y fastos funerales del tirano. 
Hace poco alguien se preguntaba ¿por qué la derecha se ha hecho de izquierdas? y tenía razón. Tenemos un Gobierno instalado en la contemporización y el pasteleo. 
Por supuesto, en perjuicio de tantos millones de cubanos que ven que los malvados y los corruptos son festejados mientras a ellos se les olvida y ningunea.
Seguramente será bueno para nuestras cadenas hoteleras.

martes, 4 de octubre de 2016

Elogio del mamporrero

Es tendencia conocida a lo largo de la larga historia de la especie la figura del cortesano.  Cuando el pelota cree que halagando a una persona de poder obtendrá  dádiva, ventaja o beneficio, dispone sus artes para conseguir el beneplácito del poderoso.
Es el logrero persona insegura y temerosa pues cree que con sus naturales virtudes no podrá conseguir los réditos que espera obtener mediante la abyección y la obediencia ciega.
Pero es el turiferario persona libre en lo profundo de su ser porque no se encuentra aherrojado por la certeza de las virtudes del amo al que obedece. En el fondo le sabe de inferior categoría porque se deja seducir por él (no olvidemos que el lacayo es inseguro) y es sensible al halago, que, como todo el mundo sabe, debilita y entorpece el juicio.
El lameculos no cree que sus alabanzas estén justificadas, por el contrario piensa que el idiota que las recibe se conforma con cualquier cosa y es de justicia engañarle, traicionarle o dejarle en la estacada a la primera oportunidad en que, si consecuencias, pueda hacerlo. Por ello tiene  un sólido convencimiento del acierto de su criterio. De momento se humilla y obedece pero ¡ay en cuanto pueda!
El rastrero ha de ser buen actor. No puede sobreactuar exagerando su celo y convirtiendo la defensa de los intereses de su señor en una pantomima escasamente creíble. Debe aparentar indignarse lo justo y debe parecer que cree lo que dice, así el mensaje penetrará mejor en la audiencia.
¿Creen que Wyoming cree en lo que dice? Por supuesto que no. Ejerce su magisterio para defender eficientemente las causas que tiene encomendadas y, por ello, obtiene sus recompensas (parece que básicamente en bienes inmuebles)
¿De verdad piensan que Carlin está de acuerdo con la rendición de Colombia ante las FARC? ¡Claro que no! Tiene un guion que pasa por la alabanza del acuerdo, la persecución al disidente que, no sólo no está de acuerdo, sino que es un tarado sin criterio y la presión a los diletantes que, si votan si obrarán bien y si votan no será porque son unos borrachos, engañan a su mujer y traman jugarretas contra sus amigos.
Por supuesto no todos valen para lo mismo. El sectarismo demasiado ostensible tiene poca credibilidad y resulta, a medio plazo, perjudicial para la causa.
La agitación y la propaganda requieren un iter procesal que siga unas pautas ya muy conocidas:
  • Magnificación del suceso y alabanza a sus autores
  • Denuesto de los que se oponen y campaña de desprestigio
  • Amenazas a los que dudan y clima de violencia

Por supuesto hay que medir bien estas tácticas. Si se extrema la representación todo puede irse al traste. El esperpento es mal elemento de convicción. Como en “El nombre de la Rosa”, si aparece la risa desaparece el miedo y la campaña de propaganda fracasa.
Nadie teme a un dictador ridículo o desnudo. Es preciso regular la intensidad del peloteo para que la figura alabada no se torne irrisoria.
Afortunadamente estos mercenarios no aciertan siempre y las costuras de sus mentiras se descosen con facilidad.


Elogio del mamporrero

Es tendencia conocida a lo largo de la larga historia de la especie la figura del cortesano.  Cuando el pelota cree que halagando a una persona de poder obtendrá  dádiva, ventaja o beneficio, dispone sus artes para conseguir el beneplácito del poderoso.
Es el logrero persona insegura y temerosa pues cree que con sus naturales virtudes no podrá conseguir los réditos que espera obtener mediante la abyección y la obediencia ciega.
Pero es el turiferario persona libre en lo profundo de su ser porque no se encuentra aherrojado por la certeza de las virtudes del amo al que obedece. En el fondo le sabe de inferior categoría porque se deja seducir por él (no olvidemos que el lacayo es inseguro) y es sensible al halago, que, como todo el mundo sabe, debilita y entorpece el juicio.
El lameculos no cree que sus alabanzas estén justificadas, por el contrario piensa que el idiota que las recibe se conforma con cualquier cosa y es de justicia engañarle, traicionarle o dejarle en la estacada a la primera oportunidad en que, si consecuencias, pueda hacerlo. Por ello tiene  un sólido convencimiento del acierto de su criterio. De momento se humilla y obedece pero ¡ay en cuanto pueda!
El rastrero ha de ser buen actor. No puede sobreactuar exagerando su celo y convirtiendo la defensa de los intereses de su señor en una pantomima escasamente creíble. Debe aparentar indignarse lo justo y debe parecer que cree lo que dice, así el mensaje penetrará mejor en la audiencia.
¿Creen que Wyoming cree en lo que dice? Por supuesto que no. Ejerce su magisterio para defender eficientemente las causas que tiene encomendadas y, por ello, obtiene sus recompensas (parece que básicamente en bienes inmuebles)
¿De verdad piensan que Carlin está de acuerdo con la rendición de Colombia ante las FARC? ¡Claro que no! Tiene un guion que pasa por la alabanza del acuerdo, la persecución al disidente que, no sólo no está de acuerdo, sino que es un tarado sin criterio y la presión a los diletantes que, si votan si obrarán bien y si votan no será porque son unos borrachos, engañan a su mujer y traman jugarretas contra sus amigos.
Por supuesto no todos valen para lo mismo. El sectarismo demasiado ostensible tiene poca credibilidad y resulta, a medio plazo, perjudicial para la causa.
La agitación y la propaganda requieren un iter procesal que siga unas pautas ya muy conocidas:

  • Magnificación del suceso y alabanza a sus autores
  • Denuesto de los que se oponen y campaña de desprestigio
  • Amenazas a los que dudan y clima de violencia
Por supuesto hay que medir bien estas tácticas. Si se extrema la representación todo puede irse al traste. El esperpento es mal elemento de convicción. Como en “El nombre de la Rosa”, si aparece la risa desaparece el miedo y la campaña de propaganda fracasa.
Nadie teme a un dictador ridículo o desnudo. Es preciso regular la intensidad del peloteo para que la figura alabada no se torne irrisoria.
Afortunadamente estos mercenarios no aciertan siempre y las costuras de sus mentiras se descosen con facilidad.


sábado, 1 de octubre de 2016

Enemigos exteriores

Puede parecer paranoico, pero, círculo dentro de círculo, no es improbable que enemigos exteriores de España estén tejiendo conspiraciones dirigidas a socavar la solidez de nuestra patria para debilitarla y quitarse un competidor de encima.
Vale, esto es paranoico y la mayoría de la gente pensará que invento enemigos exteriores para justificar disensiones que proceden del trienio liberal del Rey Felón. Puede ser, pero pienso que toda maniobra que debilite al adversario es conveniente y merece ser apoyada, Clausewitz dixit.
A lo mejor no hubo participación de servicios secretos franceses para preparar y/u ocultar el 11M. Podría ser, pero yo pienso que sí. A Francia le interesa una España postrada de rodillas que no sea competidora en el ámbito internacional, ni desde el punto de vista político ni económico. Seguramente la mayoría de franceses no tienen nada que ver con esto y les parecerán historias truculentas sin fundamento. Puede ser.
Puede ser que Podemos no haya sido inventado o fomentado por enemigos de España que quieren debilitar el sistema democrático del 78. Puede ser. Pero ha habido una aportación de dudosa intención por parte de la Venezuela de Chavez y una participación de dirigentes de Podemos en la vida pública venezolana. Soy malpensado. Interesa una España desunida sin poder internacional. Irrelevante y potencial socia del narcotráfico y el mundo bolivariano. Será que ha coincidido.


Puede, por último, que la crisis del PSOE sea fruto de los defensores de las multinacionales frente al común de los mortales socialistas, decentes y ajenos a las maquinaciones de 4 barones elitistas. Puede. Pero la división está ahí y no traerá nada bueno. Podemos crecerá y la abstención también. Dudo mucho de que haya un nuevo partido socialdemócrata escindido de estos socialdemócratas versus guerra civilistas o que la gente PSOE vote Rivera. Gana de nuevo la debilidad de España. Ganan de nuevo los interesados en una España más débil.

sábado, 10 de septiembre de 2016

WildTube

La semana pasada, Youtube anunció que, a partir de ahora, "el contenido adecuado para anunciantes es aquel que resulta adecuado para todos los públicos". La traducción de esta normas es que quien quiera ganar dinero haciendo vídeos en YouTube deberá "moderar", y mucho, tanto el lenguaje como el contenido, o sea: censura.
La lista de temas prohibidos es amplia: no se permitirán desnudos totales o parciales, ni chistes de contenido sexual, lenguaje "inapropiado", "obscenidades" o violencia. También queda vetado comentar temas controvertidos, como "conflictos bélicos o políticos, desastres naturales o tragedias". Tampoco estará permitida la incitación a la venta, el consumo o el abuso de drogas.

Ante esta situación propongo a los expertos informáticos que me estén leyendo que creen WildTube. Un tube sin censura en donde puedan colgar videos desde el más circunspecto puritano hasta el anti-sistema más rabioso y descerebrado, un tube políticamente incorrecto, insano, pornográfico, guarro, violento, humillante, vigoréxico, religioso, místico, cultural, fantástico, mentiroso o lo que le de la gana a la gente colgar.
Cabría en este WildTube desde la apología del comunismo hasta la invitación al ayuno, desde la celebración del terrorismo hasta el alborozo ante el genocidio, desde desmembramientos hasta la loa al ascetismo.
¿Dónde puede colar el ISIS sus videos de degüellos colectivos?¿Dónde se pueden ver snuffs salvajes?¿Dónde podemos asistir a las matanzas de las milicias de Karadzic?¿y violaciones colectivas, asesinatos de niños, ejecuciones de la Mafia con bates de baseball?

WildTube es la respuesta 

sábado, 21 de mayo de 2016

Calentamiento Global

Lovelock dijo, en los años 70, que el planeta se comportaba como un ser vivo.
Su amigo William Golding puso nombre a esta idea: la hipótesis Gaia.
Lovelock estuvo más de 25 años colaborando con los ecologistas que combatían las centrales nucleares. Ya se conocen los argumentos que tenían contra las nukes: riesgo de accidente y subsiguiente catástrofe por fusión del reactor; dificultades para librarse de los residuos e imposibilidad de garantizar su almacenamiento seguro a largo plazo....Probablemente cierto en gran medida.
Lo que sucede es que, hoy por hoy, de ser cierta la influencia del hombre en el calentamiento global, cosa que no está nada clara, ya es demasiado tarde para abordar las reducciones de gases efecto invernadero que los calentólogos consideran precisas.
Lovelock, que sigue creyendo en el calentamiento de origen antropogénico, recomienda, hoy, que para no acabar como Venus, necesitamos la construcción de miles de centrales nucleares que generan energía eléctrica sin emisiones de co2.
Brufau, presidente de Repsol, ha explicado recientemente que el origen de los gases de efecto invernadero generados por el hombre se debe, en un 30% a la generación de electricidad (mayoritariamente a partir de quemar carbón) Así que los coches eléctricos no son tan buenos. Necesitamos soluciones.
Yo he leído propuestas mucho más avanzadas, pero los gobiernos han decidido no explorar vías alternativas. El mantenimiento del statu quo es prioritario.
Ejemplos:
La principal fuente de calor de la tierra es la insolación. Nuestra esfera da un giro cada 24 horas, al que como saben Vds. Llamamos “día”. Cada instante de esas 24 horas, la mitad de la superficie de la esfera (más o menos) recibe la luz del Sol. Eso significa que la luz de Sol se distribuye, con mayor o menor ángulo de incidencia, por cada centímetro cuadrado de la Tierra.
¿Y si disminuyésemos la superficie que recibe la insolación? Podríamos colocar un disco reflectante de algún material ligero tipo poliestireno expandido que permaneciese fijo en alguna región del espacio entre el Sol y la Tierra y que diera sombra sobre el ecuador según la tierra va rotando. El
efecto desde el planeta sería como si una pequeña mancha negra y redonda fuera lentamente pasando por el Sol desde el amanecer hasta el ocaso. Serían de discutir por los ingenieros las dimensiones del disco reflectante, el porcentaje de insolación suprimido y las características de la órbita. Invito a los lectores a calcular cuánto co2 haría falta para igualar el calentamiento producido por, por ejemplo, el 3% de la energía proyectada por el Sol.
Podríamos enviar un rayo de calor concentrado a partir de la energía reflectada por un espejo en órbita. Este calor evaporaría agua que movería turbinas productoras de electricidad.
Podríamos dedicar una pequeña parte de los desiertos para instalar placas solares. Muchas y baratas. También están las investigaciones en energía mareomotriz y undimotriz. Las centrales nucleares de fusión, siempre a punto de funcionar y nunca funcionando aún, son la gran esperanza blanca.  Y, por supuesto, si es que existe, la fusión fría.

domingo, 13 de marzo de 2016

Derecho de Asilo

Si Europa suprime el derecho universal de asilo político se pierde uno de los principios que subyacen a la propia idea de Europa.
Si abre sus fronteras a una multitud de refugiados islámicos, algunos de los cuales son (es sabido) terroristas camuflados y otros (la mayoría) profesan una religión que desprecia a las mujeres, a las otras confesiones religiosas y a la libertad de expresión, Europa incubará dentro de si el huevo de la serpiente que, pronto, procederá a devorarla.
No se puede ignorar la naturaleza de las personas que huyen del  ISIS. No son, casi ninguno, partidarios de esa banda de asesinos en serie que devasta Siria en nombre de Alá. Pero si suscriben las prescripciones del Corán: mentir a los infieles es como mentir a los perros. Es moralmente indiferente. Sólo es exigible una ética personal en caso de trato con creyentes. La justicia solo es exigible dentro de la Umma. Los dhimmis deben pagar el impuesto servil y ser ciudadanos de segunda. Los miembros de otras religiones que se nieguen a ser sojuzgados tienen 2 opciones: ser asesinados o convertirse.
Esto no son soflamas de clérigos enloquecidos, o fanáticos visionarios. Esto son normas coránicas y son de obligado cumplimiento para todos los creyentes. Están vigentes, deben cumplirse. La yihad es una obligación principal del creyente de hoy y de siempre.
No hay interpretaciones a estas normas. No son metáforas sobre la naturaleza de la obligación moral o parábolas de hijo pródigo. Son la Ley. Y todos (todos) los musulmanes que huyen de la guerra de Siria y quieren establecerse en Europa vienen con este bagaje intelectual.
Si quieren vivir con infieles nunca deben mezclarse con ellos y, mientras no puedan alcanzar el poder, deben fingir ser sus amigos pero, si les es posible, deben apoyar la yihad como buenos creyentes. Si, por ejemplo, en nombre del Islam, se comete un atentado terrorista, se podría interpretar que tienen la obligación de amparar a los guerreros del islam y sostener a sus familias. Está escrito.
¿Queremos 2 millones de personas que piensen esto viviendo en Leipzig, Carcasona, Brujas, Milan, Helsinki o Villafranca del Bierzo? Yo no lo quiero y apruebo las medidas de la Comisión Europea.

Personalmente creo que, entretanto no sea posible acabar con el ISIS, se debería construir un poblado en algún sitio con espacio suficiente, custodiado por la OTAN y mantenido por la comunidad internacional. Por ejemplo, en Kazajstan. Lejos de nuestras ciudades y previniendo las bandadas de adolescentes musulmanes que creen tener derecho a agredir a las personas. Porque somos infieles y, por tanto, de similar naturaleza a la de los perros. Ya tenemos suficientes problemas con nuestros propios delincuentes como para importar otros.

sábado, 27 de febrero de 2016

El revolucionario

¿Cómo se forja un revolucionario? Quizá una niñez desgraciada donde nada le parecía suficiente, un sentimiento de agravio constante, quizá unos padres desatentos. Además de esto, cierta dificultad para hacer amigos, propensión a creer ciegamente en las personas equivocadas y la consecuente desilusión. Todo puede ser. A veces (no en todos los casos, claro) un aspecto físico peculiar y alejado de los cánones de la época o una salud frágil y escasa aptitud para los deportes. ¡Vaya Vd. a saber!
De repente el revolucionario va a la Universidad. Allí comienza a deslumbrarse con Marx, o Kropotkin o Plejanov o Lenin. Lee a Marcuse, a Bernard Shaw e, incluso, a Freud, con lo que, si ya odiaba a la humanidad tal y como es, aumenta (no me extraña) su rencor. La conclusión es clara: el mundo, tal y como es, es un error. Todo es una gran equivocación. Una herida abierta que hay que cauterizar para permitir a la piel nueva crecer sana.
La historia nunca es una fuente fiable. Todo el mundo sabe que la escriben los ganadores y las clases dominantes. Sólo trata de reyes, héroes, batallas, clérigos y monumentos, nunca de las personas,  que eran la inmensa mayoría. La Historia nunca mencionaba a la gente.
El revolucionario, ahora ya convencido de ser imprescindible para acabar con este sistema de cosas,  obtiene recompensas por su buena disposición. Incluso deja de ser importante que su físico no sea canónico. Ha emergido engalanado de fuerte compromiso social tras la trabajosa pupación que ha dejado atrás sus pasadas incertidumbres.
Ya tiene un plan.
Ese plan consiste en tomar el poder e imponer, por el bien de la humanidad, el proyecto revolucionario que, ya si, transformará a la humanidad en algo distinto y mejor de lo que ahora es, encaminándola por un sendero luminoso de justicia, paz y fraternidad, hasta, algún día, llegar a un estado benéfico de cosas dónde todos los hombres serán hermanos y el cordero compartirá el arroyo con el lobo.
Pero para hacer tortillas hay que romper huevos. Así que es preciso manejar la amarga realidad y combatir, como se pueda, las fuerzas reaccionarias que se oponen al advenimiento del Milenio.
Para esta tarea todo está permitido. Entretanto no se pueda ejecutar con mano firme y determinación inflexible, las acciones necesarias para desembocar en el futuro brillante, quizá sea necesario mentir, engañar, traicionar, torturar o matar a los desafectos y a sus cómplices.
El sabe que su labor es lenta y tardará en dar resultados. El revolucionario piensa que las posiciones políticas de esfuerzo y sacrificio por el pueblo requerirán mucho tiempo para verse recompensadas. En principio su labor está condenada a ser subterránea y abnegada. Pero a él no le importa porque sabe que la razón está de su parte. Y la virtud, porque persigue el bien de la raza humana.
Y de repente, por un cúmulo de circunstancias que mezclan las maquinaciones de servicios secretos, apoyo de gobiernos extranjeros, errores de cálculo de los grupos de poder, astucia política que luego se revela traición y estupidez, el revolucionario es nombrado un cargo municipal de algún ayuntamiento importante.
Él viene a destruir el inicuo orden dominante y a instaurar, después, el orden revolucionario que haga arder todo el edificio podrido del pasado y, de momento, sólo le encargan, por ejemplo, reformar la fachada del mercado de abastos o arreglar el empedrado de una calle de mierda en un barrio de mierda (al revolucionario, en esta etapa, le suele gustar vivir en un loft bien situado).
¿Qué tienen que ver las reivindicaciones de una asociación de comerciantes con el ardor revolucionario del amigo de la gente? Cada vez más desconcertado piensa que él, que es astuto, calculador y muy inteligente (porque se lo han dicho en su círculo) puede manejar perfectamente a esos palurdos hasta tanto pueda reeducarlos convenientemente escardando cebollinos.
Cada vez más desconcertado observa que la realidad es una malla de compleja estructura y que un pellizco aquí produce inesperados efectos allá. La inundación de lo real empieza a acorralar al revolucionario. ¡Qué felices los tiempos en la facultad cuando muchachitas con piercings le admiraban arrobadas mientras él enumeraba con precisión los pasos del proceso que llevaría a la humanidad a derrotar a las fuerzas de la Oscuridad!
Ahora los problemas eran los parquímetros, los basureros, el matadero municipal, la gestión de inmuebles, las ordenanzas de tráfico, los taxistas, las recalificaciones …. todo vulgar, prosaico y detestable.
Él se veía como un sans-coulotte conduciendo a los girondinos a la guillotina mientras, desde las ventanas, bellas jacobinas le vitoreaban. Se veía combatiendo a los rusos blancos en Kronstad. Haciendo huir a los nazis de Moscú. Cazando fascistas en la República de Saló. Incluso izando, junto a sus compañeros, la bandera roja, como el grupo escultórico que recuerda Iwo Jima.
¿Y qué es ahora? El mismo muchachito feo, acomplejado, desubicado, sentado en la valla de la granja con los pies colgando y sin entender nada.

¡Tengan cuidado! Cuando estas personas tienen que elegir entre replantear su concepción de la vida o encontrar culpables y traidores que justifiquen las divergencias entre el mundo y su visión del mundo, suelen acudir al enemigo exterior y a las llamas purificadoras de la afirmación de la fe.

miércoles, 10 de febrero de 2016

los perros y los dueños de los perros

Yo no tengo perro. Una vez mi hija, que intenta a toda costa paliar el mal y el dolor del mundo animal, trajo a casa una perrita de raza incierta pero buen tamaño.
El método de mi hija es sencillo: la ducha escocesa. Trajo la perra tranquilizándonos con el cuento de que nuestra casa era un hogar provisional, y con la secreta esperanza de que, transcurriendo el tiempo, lo provisional deviniese definitivo.
El experimento duró poco. Al segundo día se cargó muebles de jardín por valor de 1700 euros. La devolvimos a la perrera.
No mato perros, no les doy patadas, deploro que se les torture y abogo por que los perros abandonados sean suprimidos de modo indoloro.
No creo que debamos aguantar perros en la calle. Me gustaría que los perros hagan sus deposiciones en el jardín de sus dueños. Ni siquiera me parece bien que los saquen a cagar. Pobrecitos. Son animales. Pero yo pago muchos impuestos para tener las calles limpias de mierdas de perro. Por supuesto, hoy en día, esto es una pretensión imposible.
Los espacios públicos deben ser usados sin molestar a los demás usuarios. Un perro
molesta. Babea. Caga. Mea en la calle. Es una molestia para los demás.
En un foro de comentarios de Libertad Digital, un forero se queja de todo esto que hacen los perros en los sitios públicos y dice que está harto y que, si dices algo sobre la caca de perro o lo que los dueños dejan hacer a los perros en los parques, es seguro que tendrás un follón, de mayor entidad cuanto más enclenque te vean. Yo personalmente no suelo acabar a hostias porque la gente se lo piensa cuando me ve. Pero si los dueños de perro cagón cuyas cacas no recogen son increpados por una señora de mediana edad de aspecto apocado tendremos, casi seguro, un grosero despliegue de insultos y denuestos.
El forero dice, además, que, a su parecer, todos los dueños de perro son tarados.
Es verdad que no comprendo esta afición contemporánea por los perros. Tenían su utilidad para avisar de la presencia de zorros, ladrones y otras alimañas en un perdido medio rural. También defendían a las ovejas de los lobos y nos ayudaban a cazar. Ya no. Yo voy al Carrefour.
Parece que llevar un bicho atado con una cadena es el summum de la sensibilidad y el buen gusto, y los que no lo hacemos somos depravados y resentidos.
¿Es la soledad? No entiendo que un animal irracional que manifiesta un cariño servil y abyecto pueda llenar el vacío personal que los afectos humanos no han podido llenar. Lo comprendo y me apiado de quien así siente. No me es ajena la soledad y el vacío de una vida que comenzamos entre gritos y llantos y, si estamos conscientes, terminamos igual. Pero no me gusta que lo hagan pasar por virtud y a los que no queremos perros porque no solucionan la herida existencial fundamental y nos parecen prescindibles, nos tilden, de algún modo de insensibles.
Yo no creo que los dueños de perro sean unos tarados.
Me he puesto a pensar en los amigos y conocidos con perro. ¿Por qué lo tienen?
Una vecina tiene un perro. Ahora no le hace ni puto caso, pero, cuando sus hijos eran pequeños, servía para dulcificar el carácter de los niños, según ella. Yo creo, por lo que oía en su jardín, que los niños más bien usaban al perro como juguete unas veces, y como blanco de sus pequeñas crueldades otras veces.
Otro vecino tiene un hermoso galgo afgano perfectamente atildado y de elegante paso. También tiene un Jaguar. Son signos externos. Una muestra hacia el exterior de lo bien que nos ha ido en la vida.
Otra amiga, hace años, tenía una preciosa perrita cocker en un piso de Madrid. Volcaba la afectividad frustrada por un divorcio complicado en la perrita. Le daba solomillo para comer y la perrita terminó artrítica a los 4 años y hubo que matarla porque se moría de dolores.
Para refutar las afirmaciones del forero un dueño de perro escribe que, una vez, una señora le reprendió por algo que había hecho su perro (babear, cagar, mear, morder, qué más da….) y le dijo que la estaba molestando. Iban en un tren de cercanías.
El defensor del prestigio de los dueños de perro, dice que respondió a la señora que a él tampoco le gustaban las cerdas y que se tenía que aguantar. Yo creo que esto no pasó nunca y que está ocultando con una anécdota inexistente lo que realmente piensa del forero.
Veamos la crónica del relato: el ofendido amante de los cánidos insulta a una señora que paga, como mínimo, tantos impuestos como él, por decir en voz alta que no le gusta que los perros vayan en los trenes. Porque huelen mal. Porque babean. Porque se cagan y se mean. No se lo dice a él por lo que él es, sino por ir acompañado de un semoviente molesto.
Como el virtuoso no puede criticar los hábitos de la señora, porque los desconoce, ya que ella no se los impone (al contrario de lo que él hace con ella) la llama cerda.
Dice que está harto de tanta cerda.
¿Mostraba signos externos evidentes de desaliño? ¿Apestaba? ¿Estaba sucia? Hemos dicho que la anécdota sea, probablemente, falsa. Utilizó el término más despectivo que encontró, en su repertorio, para calificar a quien constataba un hecho y que él consideró una afrenta.
El forero sólo describe cosas que suceden a su alrededor, pueden percibirse y ser objeto de una calificación precisa: los perros cagan y los dueños no recogen la mierda; los perros huelen a perro y en un sitio cerrado el olor se hace molesto.
También es repugnante el olor a orina que deben aguantar los vecinos de los lugares de botellón. Si eso se reprime sólo los progres se escandalizan. Es de razón que los vecinos tienen derecho al descanso y a no ver sucias y hediondas las calles por cuya limpieza tanto pagan. Pero esto tiene algo en común con lo descrito con el forero.
A nadie se le ocurre increpar a 25 adolescentes borrachos que mean en los aligustres y están hablando a voz en grito a las 2 de la mañana. A nadie que no vaya bien armado.


lunes, 8 de febrero de 2016

Contra las mordazas; contra los ediles demagogos

Quizá porque en mi juventud temprana, que es la época dónde se fijan las convicciones, existía la censura previa y en la facultad de Derecho maldecíamos todo atentado contra la libertad de expresión, me parece una barbaridad que en nuestro ordenamiento penal estén tipificadas conductas que sólo suponen un ejercicio de la libertad de expresión.
Nunca entendí por qué existía el delito de injurias. Si alguien es un hijo de puta y se lo dices cometes delito de injurias ¿por qué?
Otra cosa son las calumnias. Decir que alguien ha robado algo, sin haberlo hecho, debe de estar penado. No se puede tolerar que el honor, que es un derecho fundamental, sea lesionado impunemente por un calumniador. Pero, ¿insultar a alguien?... ¿por qué no? ¿Qué pasa, que no sabes defenderte nenaza? Si no sabes aprendes y si no te buscas a alguien que lo haga por ti. Puedo imaginar interesantes certámenes de insultos en donde lo más florido de nuestro idioma fuera esgrimido por espadachines de la invectiva.
Lo que si ha de establecerse es la obligación de que los responsables del medio en el que se produzcan los insultos (si fuera un medio cuyas inserciones estuvieran restringidas a la voluntad de los propietarios) faciliten el derecho de réplica en las mismas condiciones en las que se produjeron los insultos. Por lo demás, todo debería quedar en batallas florales.
Sin embargo se opta por la penalización. Se supone que el bien jurídico protegido es el honor.
Si yo le digo a una diputada “tienes pinta de guarra, de tirar las bragas a la pared y quedarse pegadas”, pueden Vds. llamarme grosero, impertinente, artista del mal gusto…lo que quieran que yo ya me despacharé. Pero ¿me podrían meter en prisión provisional por eso? Parece que a mucha gente le parece que está bien que sea así.
Si yo digo viva ETA, o viva HITLER o viva STALIN, estoy expresando públicamente mi deseo de que, aquellos que tanto asesinaron, continúen vivos. Puede ser un signo de debilidad mental, de crueldad impenitente, de maldad irreprimible, lo que quieran, en todo caso YO no mato a nadie diciendo eso. No robo a nadie, no quito nada a nadie. Otro puede decirme, en estúpida contestación a mi estúpida alabanza, viva el GAL, viva Montgomery o viva Yeltsin. Son libérrimas manifestaciones de la libertad de expresión.
Apología del terrorismo. Enaltecimiento del terrorismo. Humillación de las víctimas. Sólo palabras contra el derecho a ser idiota. Si las palabras ofenden es culpa del ofendido. No hay mejor desprecio que no hacer aprecio, y si te molesta, contesta.
Yo personalmente creo que los titiriteros encarcelados son siniestros personajes que, si pudieran o cuando puedan, reirían a carcajadas mientras a Vd. y a mí nos torturan en una checa. Pero aún no lo han hecho.
Lo que si considero inaceptable es que la encargada de contratar a los artistas de variedades no sea responsable de los contenidos de sus actuaciones.
Ella debió saber de qué se trataba. Si cesa o no al encargado de festejos no es indiferente. La responsable es ella. De hecho la responsable es la abuelita lobo, pero concedamos que una alcalde no puede estar a todo y detengamos la responsabilidad en la Sra. Mayer.
Y desde luego, se utiliza la prisión provisional en un sentido completamente pervertido respecto a su misión fundamental: impedir que el imputado se sustraiga a la acción de la justicia o haga desaparecer pruebas que podrían inculparle o confirmar su potencial culpabilidad.
¿Qué van a hacer los perroflautas del guiñol? ¿Huir de España a ayudar al ISIS? ¿Irse a las islas Caimán con los de Ocean Eleven? ¿Romper los muñecos?
Entramos en una pantomima en dónde nada es lo que parece pero ninguno parece saber lo que es. Una estúpida logomaquia dónde los que supuestamente defienden la ley y el orden desconocen sus fundamentos y los que atacan al sistema se revelan apasionados defensores de la ley y el orden. El signo de los tiempos.

Para terminar: los titiriteros tienen derecho a hacer su aquelarre en donde quieran. No con dinero público. No sin advertir que no es una obra para niños. Yo tengo derecho a decir que ellos y el encargado de festejos y la concejal forman parte de una red tejida para destruir el estado de derecho, la propiedad y la libertad. No tengo pruebas. Es una opinión. Lo suyo también. Aún.

domingo, 7 de febrero de 2016

Alabanza y panegírico de los Bancos

En estos días de furiosos ataques al materialismo capitalista, a los desalmados esclavos del IBEX, a las feroces e implacables multinacionales y de ponderación santurrona de los antiguos modos de producción, la pequeña empresa y la economía familiar, voy a escribir unas líneas en defensa de los Bancos. Si, Sres. de los bancos.
Los Bancos reúnen el capital necesario para que los emprendedores puedan desarrollar sus proyectos a una escala que, si estuvieran restringidos a su propia capacidad económica, sería imposible.
¿Alguien puede imaginar a Elon Musk iniciando la fabricación de un nuevo modelo Tesla sin la participación de los Bancos?
¿Es posible financiar las nuevas pantallas de cristal de Corning – Gorilla Glass con cargo al bolsillo de su CEO, Wendell P. Weeks?
Es obvio que no.
Los Bancos evitan que, en nuestros desplazamientos, tengamos que llevar físicamente el papel moneda de que dispongamos.
Imaginen que su hijo va a estudiar un master en New York que le mantendrá 6 meses fuera de casa. ¿Cuánto dinero necesita?
10.000 del master
12.000 del apartamento
9.000 para comer
3.000 para desplazamientos
3.000 para esparcimiento
5.000 para imprevistos.
O sea, 43.000 USD, unos 38.000€.
Vamos y mandamos al niño con PanAmerican a La Guardia con 43.000 $ en el bolsillo. Y pasamos 6 meses sin que nos llegue la camisa al cuerpo pensando si le habrá pasado algo y dándole el coñazo por teléfono todos los días. Mucho mejor está el dinero en un Banco.
Como todas las herramientas, los Bancos pueden ser bien o mal utilizados. Para que un Banco sea útil a la sociedad, es decir, para que sirva a los dos valores fundamentales de la civilización: división del trabajo y cooperación social, necesitamos que cumpla algunas condiciones:
Libertad de creación de establecimientos bancarios
Banca sin reserva fraccional
Riesgo de gestión a cargo del Banco
Todo lo que no sea esto produce ineficiencias de funcionamiento y, más tarde o más temprano, responsabilidad subsidiaria a cargo de la Administración, es decir, de nuestros impuestos.
¿Por qué yo no puedo hacer un banco especializado en crowdfounding? Pues no puedo. ¿Y hacer un Banco con 50 amiguetes? Tampoco puedo si no reúno los requisitos imposibles que impone el Estado. En el fondo, no puedo hacer un Banco sin los apoyos políticos adecuados. ¿Por qué me da que esto implica corrupción y tráfico de influencias? Soy muy mal pensado.
No puede ser que, si un banquero lo hace mal, se reflote el Banco con cargo al erario público. Existe un fondo de garantía de depósitos que, con cargo a las aportaciones de los Bancos, nos garantiza hasta 100.000 pavos por cuenta o depósito. Punto. Más allá de esto, quien pierda ha perdido. Adiós dinero. Haberte enterado de cómo iba el tema. Haberte buscado un Banco mejor, más sólido, más fiable. En todo caso has perdido pasta. Te jodes.
Cuando yo levanto una empresa textil y mis diseños no gustan, mis costes son altos y mis precios también y la tecnología es obsoleta, se me acabará el negocio en 3 años. Te jodes. No has sabido hacerlo. Hazte funcionario o intenta poner un taller de cortadoras de césped, o de muñecas. Has perdido la pasta y, si era tuya ya no la tienes o la debes, si no la tenías antes.
¿Por qué habría de pagar el Estado a mis inversores, que se han equivocado y son corresponsables de mis errores, con dinero público? No lo hacen. Con los Bancos tampoco se debe hacer.
Y llegamos al punto más conflictivo y que produce más descrédito del mundo bancario: la reserva fraccional.
Los bancos no están obligados a conservar sino un pequeño tanto por ciento del total de los depósitos recibidos. Un 2 o un 3 por ciento, en general.
Eso significa que, si todos los impositores quieren recuperar su dinero al mismo tiempo (lo que es muy improbable) no pueden. Simplemente se quedan sin casi nada de su dinero.
Además los Bancos conceden créditos con cargo a dinero que no tienen (o del que tienen un pequeño porcentaje), creando, con ello, dinero ficticio, aumentando los precios (en términos monetarios) y generando inflación. Las transacciones interbancarias consisten en apuntes contables que presuponen la existencia de cantidades imaginarias. El dinero no está…pero la gente lo usa y los precios suben.
Hay que acabar con la reserva fraccional y el dinero ficticio. Como Vd. y como yo, los Bancos deben usar sólo el dinero que sus impositores hayan depositado. Sus créditos, inversiones y especulaciones deben hacerse fiando a su habilidad y perspicacia para detectar oportunidades de negocio. Deben ganar dinero cuando aciertan y perder cuando yerran.
Estos Bancos, que hoy no existen, serían un elemento imprescindible para la formación de capital. Sin ellos no es posible aumentar significativamente la producción que la sociedad demanda.

Los Bancos son auténtico progreso. La redistribución con cargo a impuestos que pagan los más hábiles no es progreso. El viejo Mises demuestra que, todo lo que no sea un sistema libre de precios como elemento de información de las necesidades de la gente es una interferencia con la riqueza y el mejor servicio de los consumidores.

viernes, 29 de enero de 2016

El PSOE, Kautsky y PODEMOS

Este checoslovaco, nacido en Praga el 16 de octubre de 1854 estudió Historia y Filosofía en la Universidad de Viena. En 1875 se convirtió en miembro del Partido Socialdemócrata de Austria (SPÖ)
Entre 1885 y 1890 estuvo en Londres, donde conoció y se hizo amigo de Friedrich Engels. En 1891, fue el coautor del Programa de Erfurt del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), junto a August Bebel y Eduard Bernstein.
Después de la muerte de Engels, en 1895, Kautsky se convirtió en uno de los más importantes e influyentes teóricos del socialismo y de la Segunda Internacional, formando el núcleo marxista del partido junto a Bebel.
En esa época, era considerado despectivamente por Trotsky, entre otros, como el «legislador teórico del marxismo internacional».
Rompió con Rosa Luxemburgo y el ala izquierda del SPD en 1914, después de haberse integrado el Partido Socialdemócrata Independiente entre 1917 y 1919, volvió a unirse al SPD en 1922. Hacia el final de la Primera Guerra Mundial, Lenin atacó a Kautsky llamándolo «oportunista» y «renegado», comparando sus posiciones a las del reformista Eduard Bernstein.
En 1934, Kautsky escribió un trabajo titulado Marxismo y bolchevismo: democracia y dictadura que recomiendo leer a cualquiera que tenga muuucho tiempo y aguante bien largas jornadas de culo en sillón.
Karl Kautsky murió en su exilio de Ámsterdam el 17 de octubre de 1938, a los 84 años de edad.
El socialismo español se inspira, entro otros pocos autores pero muy principalmente, en Kautsky.
Simplificando mucho, Kautsky distinguía entre el bolchevismo, representado, entonces por Lenin y Trotsky, y el marxismo puro.
El bolchevismo era para Kautsky un camino irremisible hacia la dictadura. La revolución llevaría a los pueblos al sometimiento, la represión y la sangre.
Sólo un partido socialdemócrata que tomara el poder pacífica y democráticamente, coexistiendo con otras opciones políticas, podría hacer las reformas necesarias para extender la igualdad a toda la población mediante una política fiscal basada en la redistribución. La interpretación que  Kautsky hacía del marxismo era estrictamente democrática: llegado al poder el partido socialdemócrata no serían abolidas las instituciones “burguesas” ni se rompería el principio de separación de poderes, ni se vulnerarían los derechos fundamentales de las personas, especialmente la libertad y la propiedad.
Hoy tenemos una prueba de fuego para las convicciones del PSOE. ¿Es socialdemócrata o, por el contrario, por acción o inacción dará el poder a los bolcheviques?
PODEMOS es leninista (lo dijo Monedero con autocomplacencia, y lo ha ratificado Felipe González tonante) por tanto defiende la toma del poder y la abolición de las instituciones burguesas implantando un sistema comunista en el que las asociaciones ciudadanas establezcan, según convenga, las líneas de actuación a seguir y en qué medida disponen de los derechos de las personas. De nuevo libertad y propiedad.
¿Qué piensan los herederos de Kautsky del camino de servidumbre que nos promete PODEMOS? Prometen que, si una asamblea ciudadana así lo dispone, cualquier cosa puede hacerse: privarte de tu propiedad, hacer trabajar a tus hijos recogiendo chicles de El Retiro, o imponiendo impuestos confiscatorios como represalia a cualquier desaire, real o inventado. Es el principio del fin del Estado de Derecho. Es Venezuela.

¿Es esto lo que quiere el PSOE?