viernes, 23 de agosto de 2019

El bable como síntoma


La pegajosa, asfixiante y carísima multiplicación de artificios institucionales pretendidamente dirigidos a satisfacer necesidades sociales detectadas por el Estado y sus fracciones, impregna cada minuto de nuestra existencia enredándonos progresivamente  en una melaza infecta que, imperceptiblemente, anega nuestras vidas.

El procedimiento fundacional de estas invenciones consta de varias etapas:
  • Se detecta una necesidad social (real o inventada)
  • Se genera una estructura administrativa para satisfacerla
  • Se crea un número determinado de puestos de trabajo (muchos bien remunerados) para gestionar esa estructura
Ya podemos echar a andar. Se comienza a trabajar para cumplir el propósito inicial: satisfacer esa necesidad social.
Luego resulta que la necesidad social no existía pero que la estructura consume recursos públicos que los encargados de gestionarla necesitan para subsistir. El chiringuito está funcionando, y así, hasta el fin de los tiempos.

Por ejemplo el bable. ¿Quién coño habla bable? No se preocupen, en unos años será vendido como un signo de identidad indisociable del ser asturiano, una necesidad social que todos los buenos asturianos demandan. Aunque sólo sea para satisfacer las necesidades financieras de todos los encargados del montaje.
Esto creará, como mecanismo necesario para la supervivencia de las estructuras de impulso al bable, la contraposición entre el buen asturiano que usa el bable y el mal asturiano que no lo usa. La carrera hacia la marginación del que no hable bable habrá comenzado. Si creen que esto es una exageración, pueden echar una ojeada a Galicia, País Vasco, Cataluña o Baleares.

Seremos entonces los felices destinatarios de un nuevo conjunto de normas y de un montón tipejos encargados de imponerlas.
Todo esto generará costes reales que aumentarán el gasto público para satisfacer falsas necesidades que ocultarán el auténtico propósito del tinglado: seguir existiendo.

Por supuesto, la derechita cobarde (reveladora descripción descubierta por VOX) se apresurará a gestionar racionalmente el nuevo engendro….fracasando más tarde o más temprano y entregando, al fin, la gestión a los elementos más radicales. Lo hemos visto. Lo veremos.

Los organismos se perpetúan independientemente de que subsista la necesidad que llevó a crearlos. Mucho más cuando, realmente, nunca existió tal necesidad.
Por ejemplo la OTAN. Si Occidente quiere una organización que intervenga en determinados lugares del mundo…se crea un Ejército de Occidente o de la Libertad o Anticomunista o como se quiera llamar. ¿Qué sentido tiene usar una organización que nació para defenderse de la Unión Soviética? Buenas noticias, la URSS ya no existe. Sin embargo, la OTAN tiene miembros de dudosa vocación pro-occidental. Por ejemplo Albania o Turquía.

La OTAN no es necesaria en su actual configuración, pero sigue existiendo. Lo mismo que las organizaciones creadas para difundir el uso del bable.

miércoles, 7 de agosto de 2019

Si C's es liberal es que yo no debo serlo....


El liberalismo nace de la constatación de que la persona es un fin en sí misma, que cualquier institución colectiva es una amenaza para la libertad individual y, especialmente, el Estado es siempre sospechoso de abuso y arbitrariedad.
Desde los Tratados sobre el Gobierno Civil de Locke o la constitución americana de Jefferson, los liberales desconfían (desconfiamos) del Estado.
La libertad de las personas incluye libertad de proyecto y los proyectos de las personas, tanto si fracasan como si tiene éxito, suponen una desigualdad de resultados y de status entre los hombres.
Por eso pensamos que la única igualdad concebible es la igualdad ante la Ley. Esta igualdad tiene siempre dos consecuencia, anverso y reverso de la misma moneda: la responsabilidad por nuestros actos y la propiedad sobre los beneficios que nuestra acción reporte.
La defensa de la propiedad, de la vida y de la libertad son valores absolutos, inherentes al propio ser de las personas y defendibles ante cualquier potestad o jerarquía.
La rebelión y la disidencia frente a los que quieren vulnerar estos derechos en nombre de la razón, la solidaridad, la moral o el consenso es una obligación del hombre libre.
Desde los anarco-capitalistas que propugnan la supresión del Estado hasta los quasi socialdemócratas krausistas existe una multiplicidad de compromisos que, de menos a más otorgan al Estado credibilidad para proceder a la redistribución de la riqueza o para inculcar convicciones en la población.

No son actitudes liberales:
·      -   Aceptar la planificación de la economía o de las conductas decidiendo sobre el bien y el mal desde de un punto de vista moral, sea por consenso o por revelación.
·      -   Aceptar que la historia tiene sólo una versión y que toda disidencia debe ser silenciada.
·      -   Aceptar que es correcto apropiarse de parte del patrimonio de alguien por el mero hecho de tenerlo o establecer beneficios a determinados gremios o sectores de la producción mediante ventajas, descuentos, subvenciones, exenciones, bonificaciones o cualquier forma de trato preferente en relación con las demás personas.
·      -   Aceptar que las penas no hayan de ser proporcionales al bien jurídico protegido o que es lícito discriminar positivamente o negativamente a una persona por su pertenencia a un grupo, sexo o tendencia.

Hoy podemos identificar dos actitudes respecto al liberalismo:
·      1-   Los que lo usan como adjetivo que disfraza actitudes intervencionistas e imposiciones morales o se apropian del concepto para dulcificar en apariencia sus fines socialdemócratas
·      2-  Los que lo usan como personificación de Satanás, última ratio de la maldad y el egoísmo y enemigo a batir en nombre del pueblo del cual reclaman, que paradoja, la libertad de imponer a los demás la salvaguarda del fracaso o del esfuerzo baldío.

Considero que Ciudadanos no es liberal salvo en el sentido de 1. Su programa contiene propuestas de intervención de la administración en la vida de los españoles que sólo deberían corresponder a los jueces. Conserva subvenciones, gabelas, tratos de favor a grupos étnicos o a emigrantes ilegales o a gente con opciones sexuales distintas cuya existencia nunca ha propuesto suprimir.

¿Qué nos queda a los liberales?

El actual PP parece haber rectificado la deriva socialdemócrata que adquirió durante el mandato de Mariano Rajoy. Propone menos impuestos, la supresión de algunas subvenciones, el cierre de algunas empresas públicas completamente inútiles que sólo sirven para asegurar fidelidades previo pago…y poco más.
Nada sobre el insostenible estado autonómico, las inacabables subvenciones, el duopolio sindical y (que curioso) de la tv, la práctica unanimidad en el pensamiento izquierdista que aqueja a la prensa otrora libre, la inútil y carísima Universidad que sufrimos, el cheque escolar, el cheque sanitario, las pensiones por capitalización, la inmigración ilegal….
¿Y VOX? Algunas buenas propuestas claro, buen espíritu negociador, buen candidato, demasiada religión, toros y caza. No diré mucho más porque yo los he votado y creo que son los menos malos. Pero no son liberales tampoco.
Hay un partido llamado PLib cuyo programa estoy cotejando. De todos modos dará igual. Si llego a votarles seré uno de los 4.500 que lo haga y no servirá para nada.