Si Europa
suprime el derecho universal de asilo político se pierde uno de los principios
que subyacen a la propia idea de Europa.
Si abre sus
fronteras a una multitud de refugiados islámicos, algunos de los cuales son (es
sabido) terroristas camuflados y otros (la mayoría) profesan una religión que
desprecia a las mujeres, a las otras confesiones religiosas y a la libertad de
expresión, Europa incubará dentro de si el huevo de la serpiente que, pronto,
procederá a devorarla.
No se puede
ignorar la naturaleza de las personas que huyen del ISIS. No son, casi ninguno, partidarios de
esa banda de asesinos en serie que devasta Siria en nombre de Alá. Pero si
suscriben las prescripciones del Corán: mentir a los infieles es como mentir a
los perros. Es moralmente indiferente. Sólo es exigible una ética personal en
caso de trato con creyentes. La justicia solo es exigible dentro de la Umma.
Los dhimmis deben pagar el impuesto servil y ser ciudadanos de segunda. Los
miembros de otras religiones que se nieguen a ser sojuzgados tienen 2 opciones:
ser asesinados o convertirse.
Esto no son
soflamas de clérigos enloquecidos, o fanáticos visionarios. Esto son normas
coránicas y son de obligado cumplimiento para todos los creyentes. Están
vigentes, deben cumplirse. La yihad es una obligación principal del creyente de
hoy y de siempre.
No hay
interpretaciones a estas normas. No son metáforas sobre la naturaleza de la obligación
moral o parábolas de hijo pródigo. Son la Ley. Y todos (todos) los musulmanes
que huyen de la guerra de Siria y quieren establecerse en Europa vienen con
este bagaje intelectual.
Si quieren
vivir con infieles nunca deben mezclarse con ellos y, mientras no puedan
alcanzar el poder, deben fingir ser sus amigos pero, si les es posible, deben apoyar
la yihad como buenos creyentes. Si, por ejemplo, en nombre del Islam, se comete un atentado terrorista, se podría interpretar que tienen la obligación de amparar a los guerreros del
islam y sostener a sus familias. Está escrito.
¿Queremos 2
millones de personas que piensen esto viviendo en Leipzig, Carcasona, Brujas,
Milan, Helsinki o Villafranca del Bierzo? Yo no lo quiero y apruebo las medidas
de la Comisión Europea.
Personalmente
creo que, entretanto no sea posible acabar con el ISIS, se debería construir un
poblado en algún sitio con espacio suficiente, custodiado por la OTAN y
mantenido por la comunidad internacional. Por ejemplo, en Kazajstan. Lejos de
nuestras ciudades y previniendo las bandadas de adolescentes musulmanes que
creen tener derecho a agredir a las personas. Porque somos infieles y, por tanto, de similar naturaleza a la de los perros. Ya tenemos suficientes problemas con nuestros
propios delincuentes como para importar otros.