miércoles, 1 de marzo de 2017

Amanecer Zombi

Un senador de Compromís pregunta al Gobierno por el "apocalipsis zombi"  
Y tiene mucha razón.
Es fundamental disponer de un protocolo de actuación frente al muy probable Amanecer Zombi que se nos avecina. Demasiadas señales anuncian esta amenaza y conviene  tener a mano un breviario para saber cómo conducirse en tan inquietantes circunstancias.
Espíritus del pasado cobran vida entre los podemitas. Los transparentes ectoplasmas de otrora adquieren consistencia y acompañan a sus señorías perroflautas en la contemplación de lo numinoso que su fantasmagórica presencia anticipa.
Voces sin sentido denuncian el carácter irreal de estas ensoñaciones pero el auténtico creyente ha de liberarse de cadenas terrenales y exigencias racionalistas engañosas, como podrían ser ese inexplicable apego a los hechos que los contumaces fascistas muestran sin pudor, o la insistencia en refutar afirmaciones gloriosas basándose en testimonios fidedignos del pasado. Intolerable.
Hay que prevenir este riesgo cierto de desviación hacia lo real y, para ello, aquí aparece, como espantajo de chamán, la todavía consistente imagen de Franco amenazando con su maldad póstuma la vida de los españoles. Allá, la fúlgida presencia de Fidel, en su nueva densidad post-mortem, santifica los referenda cambia-calles de los munícipes madrileños. La benéfica acción podemita se revela como el epítome de la virtuosa moralidad marxista, Junto a la rotunda compañía de Carlos Marx (esta vez sin su chacha, expulsada del hogar por haber sido embarazada) aparece, en su masónica gloria Simón Bolívar con el gorila rojo asomando por el bolsillo de su casaca; un poco más lejos Ropespierre limpia de sangre el ingenio del Dr. Guillotin. Ahora si se anuncia la epifanía revolucionaria.
Al escapulario de Che Guevara se une el guardapelo del amado Mao Zedong (el Mao tse tung de toda la puta vida) Y así, esta tenebrosa celebración oficiada por los nuevos sacerdotes de la truculencia comunista nos anuncia la inminencia de ese retorno de los muertos vivientes.
La Santa Compaña de El Escorial, aguarda en el Valle de los Caídos y prepara su ejército de espíritus prontos a engullir la beatitud democrática de los que, obedientes, nada se preguntaron sobre 11M. La gesta de los Leones de Castilla es olvidada por fuerza, y es ahora el heráldico León, animal que, como todos sabemos, acecha a los senderistas en la Sierra del Guadarrama, el que presta su nombre al Alto.
San Jorge nos trae su fiesta independentista aunque originalmente nunca tuvo nada que ver con el santo ni con el dragón, metáfora de la cruel España que incinera a los bondadosos y honrados catalanes víctimas de la vesania centralista. Al lado, el Reino Catalán, que nunca existió se apropia de los almogávares y el borbónico Casanova arrastra sus quejas tras las copiosas comidas con las que los borbones le obsequiaron durante los 50 años de martirio en forma de apacible servicio al nuevo Señor.
Los abyectos asesinos son hoy etéreos gudaris cuya arma más peligrosa es el chistu que bailan con viriles espasmos nórdicos sus honestos bailes raciales. Conmemoran, contritos, el bombardeo de Gernika y sus miles de muertos ordenados por Franco, aunque en realidad ni fue Franco el que lo ordenó ni los muertos pasaron del centenar. Pero en este Apocalipsis Zombi no importa la verdad de la Historia sino el Aquelarre de la Memoria histórica.
Los fanáticos musulmanes con cuchillos ensangrentados van detrás de los infieles a los que acaban de cortar la cabeza porque el Islam es una religión de Paz. Al lado Boko Haram pastorea cadáveres de niñas violadas y asesinadas para combatir el colonialismo imperialista.
La Revolución Rusa produce 5 muertos y los presos de la dictadura venezolana son, en realidad, peligrosos terroristas sedientos de sangre.

La aporía inscrita en el protocolo de actuación frente al Apocalipsis Zombi, que, como hemos visto, se hace muy necesario, es la ausencia de instrucciones para combatir la inevitable Invasión Vampírica que, ineluctablemente suele suceder a la cabalgata de los Fantasmas del Pasado enarbolados por los profesionales del timo demagógico y sostenidos por la idiocia, la cobardía y la ignorancia.